22 George Street
"22 George Street" is a podcast that delves into the intriguing world where tradition and innovation intersect. It explores the stories and insights behind family businesses that break conventions and dare to innovate, ultimately making a mark on the global business stage. Through compelling storytelling and in-depth analysis, "
"22 George Street" es un podcast que explora el fascinante mundo donde se encuentran la tradición y la innovación. Ofrece historias e ideas detrás de los negocios familiares que desafían las convenciones y se atreven a innovar, dejando una huella en el escenario empresarial global.
在《乔治街22号》播客中,我们探究的不仅仅局限于金融、经济或是企业社会责任等议题。这里,我们试图跨越学科边界,触及文化、历史、艺术乃至哲学等众多领域。每一期节目,我们都力图为您带来不同的思维火花,无论是通过深度对话、独到见解还是灵感故事,都旨在激励每一位听众深入反思和积极探索。
22 George Street
Luces Nocturnas, Verdades Ocultas: La Realidad Económica de China en 2024
En este episodio de 22 George Street, exploramos cómo las cifras oficiales de crecimiento económico de China, a menudo infladas, contrastan con datos independientes como las observaciones satelitales de luces nocturnas. Analizamos cómo estos datos revelan que el crecimiento reportado de China podría estar sobreestimado en un 50% en las últimas décadas, y que tras la pandemia, el crecimiento podría ser nulo o negativo. Además, reflexionamos sobre cómo esta manipulación de datos refleja los desafíos estructurales de los regímenes autoritarios y las implicaciones para la economía global.
Night Lights, Hidden Truths: China's Economic Reality in 2024
¡Bienvenidos a 22 George Street! Soy tu anfitrión, George. Hoy exploramos un tema fascinante y muy relevante: la manipulación de las estadísticas económicas en China y cómo esto impacta nuestra comprensión de la verdadera situación del país. Para ello, vamos a basarnos en un caso reciente y en un estudio académico que ofrece una visión profunda sobre el uso de los datos económicos como herramientas de propaganda.
El 4 de diciembre, el periódico People's Daily de China publicó un artículo en el que señalaba que el crecimiento económico de este año sería alrededor del 5%, con un pequeño margen de variación hacia arriba o hacia abajo. Este pronóstico es un claro contraste con las declaraciones previas de confianza en el cumplimiento de los objetivos de desarrollo económico, que se habían dado solo tres meses antes. En medio de este panorama, dos economistas, Gao Shanwen y Fu Peng, se atrevieron a hablar sobre los problemas reales de la economía china. Gao afirmó que el crecimiento económico entre 2021 y 2024 había sido sobreestimado en un 10%, y destacó la pérdida de 47 millones de trabajadores urbanos. Fu Peng, por su parte, analizó la caída de la clase media y la ineficacia de las políticas de estímulo económico. Estas declaraciones rápidamente fueron compartidas en las redes sociales y causaron gran revuelo. Sin embargo, también tocaron lo que podríamos llamar las "líneas rojas" del régimen. Los datos de contacto de ambos economistas fueron eliminados, sus cuentas de redes sociales fueron bloqueadas, y sus contenidos fueron censurados.
El hecho de que Fu Peng hable a una audiencia compuesta por clientes privados de HSBC, con un umbral de activos de 1.300 millones de yuanes, pone en perspectiva la naturaleza de los problemas que estos economistas plantean. Lo que resulta impactante es que las opiniones de Fu y Gao, en muchos países, no serían consideradas novedosas o sorprendentes, sino que son puntos de vista comunes y bien conocidos. La caída de la clase media y la ineficacia de las políticas de estímulo no son nada nuevo en el debate económico global. Sin embargo, para muchos en China, estos temas son absolutamente novedosos. De hecho, muchos expertos fuera de China, como Xu Chenggang, han sugerido que el crecimiento real de China en 2023 probablemente haya sido cercano a cero. Incluso si utilizamos el índice de Li Keqiang, basado en el consumo de electricidad y el volumen de carga ferroviaria, podemos ver que los datos oficiales y los indicadores independientes no coinciden. Por ejemplo, en algunos años, el crecimiento oficial del PIB en China fue del 6% al 7%, mientras que indicadores como el consumo de electricidad solo crecían alrededor del 3%. Pero este análisis es solo el principio de nuestra discusión. En este episodio, exploraremos un enfoque más eficaz para medir el verdadero rostro de la economía china, utilizando datos de satélites.
Lo que quiero destacar aquí es el ambiente de información cerrada en el que vive la mayoría de la población china. Al igual que en el sistema económico planificado de antaño, la información en China es centralizada y controlada. El Departamento de Propaganda de China supervisa, filtra y difunde las narrativas aprobadas, asegurándose de que los ciudadanos solo reciban información que se alinee con la ideología oficial. Esto limita enormemente el acceso a un mercado libre de ideas. Incluso aquellos que intentan aportar análisis independientes, como Gao y Fu, son rápidamente silenciados.
Esto plantea la cuestión de cómo la falta de libertad en el mercado de ideas afecta la capacidad de las personas para pensar críticamente. De hecho, las ideas que parecen ser obvias en otras partes del mundo se perciben como completamente nuevas y revolucionarias dentro de China. Esto refleja una gran desconexión en la forma en que se gestionan los datos y el flujo de información. La falta de diversidad de pensamiento también refuerza la mentalidad de que las opiniones contrarias son peligrosas o incluso traidoras.
En este contexto, quiero llevarte a un estudio fascinante realizado por el profesor Luis Martínez de la Universidad de Chicago. Martínez ha utilizado datos de satélites para observar la intensidad de la luz nocturna y comparar estos datos con el crecimiento económico informado por los gobiernos. El uso de la luz nocturna es especialmente relevante porque las actividades económicas, como la operación de fábricas, la expansión urbana y el desarrollo de infraestructuras, dejan una huella visible en el brillo nocturno de las ciudades. Este método ofrece una forma objetiva y libre de manipulación para medir la actividad económica.
El estudio de Martínez revela que, en los regímenes autoritarios, el crecimiento del PIB informado tiende a estar mucho más desalineado con los datos de luz nocturna, lo que sugiere que los gobiernos autoritarios tienden a inflar sus números de crecimiento de manera significativa. De hecho, los datos muestran que, en promedio, estos países sobran sus cifras de crecimiento en un 35%. Si aplicamos este ajuste a los países autoritarios en cuestión, como China, obtenemos una visión completamente diferente de sus economías. Un ejemplo claro de esto es la discrepancia entre las cifras oficiales de crecimiento económico de China y los indicadores alternativos, como el consumo de electricidad, que solo muestran un crecimiento mucho más bajo.
Esto es especialmente evidente en el contexto de China, donde el crecimiento del PIB no solo es una medida de la salud económica, sino también una herramienta política fundamental para mostrar el éxito del gobierno. En las administraciones locales, los datos de crecimiento del PIB son esenciales para las promociones de los funcionarios, lo que lleva a manipular estos datos para mostrar "éxitos". Durante la pandemia de COVID-19, cuando las restricciones de movilidad y las cuarentenas golpearon la actividad económica, los datos oficiales de crecimiento seguían siendo positivos. Si todo el mundo estaba encerrado en casa, ¿cómo era posible que la economía creciera? Este tipo de disonancia demuestra la manipulación de los datos para mantener una fachada de estabilidad.
Cuando la revista The Economist discute el tema de las dictaduras y el crecimiento económico, cita a China y Etiopía como ejemplos clave, pues estos son dos países donde la diferencia entre las cifras oficiales de crecimiento del PIB y los datos alternativos como la luz nocturna es más pronunciada. En ambos casos, la falta de auditoría independiente y la dependencia de los gobiernos autoritarios para generar y publicar estadísticas crean un caldo de cultivo para la manipulación de los datos.
Martínez también desafía la creencia común de que los regímenes autoritarios, debido a su concentración de poder, pueden lograr un crecimiento económico rápido y sostenido. En realidad, lo que sucede es que la concentración de poder no se refleja necesariamente en un crecimiento económico real, sino más bien en la manipulación de los datos para dar la ilusión de un progreso continuo.
Volviendo a la situación en China, es fundamental entender que en un entorno de falta de transparencia, no solo los datos son manipulados, sino que también la narrativa política y económica se ve distorsionada. Las cifras de crecimiento no pueden ocultar los desafíos reales que enfrentan los ciudadanos. En un sistema cerrado, los números pueden ser retocados, pero los problemas profundos siguen presentes.
Así que, ¿qué significa esto para nosotros? Es un recordatorio claro de que no debemos dejarnos engañar por las estadísticas oficiales. Los datos oficiales pueden ser cuidadosamente fabricados o exagerados, y lo que está detrás de esas cifras es lo que realmente importa. Según estudios recientes que utilizan datos satelitales de iluminación nocturna, se estima que el crecimiento económico reportado por China en las últimas dos décadas podría haber sido sistemáticamente inflado en un 50%. Esto significa que una gran parte del supuesto “milagro económico” de China se construyó sobre cifras que no reflejan la realidad.
Después de la pandemia de COVID-19, las cifras oficiales han perdido aún más credibilidad. La economía china, según indicadores independientes, no solo dejó de crecer, sino que probablemente ha experimentado un crecimiento cero o incluso negativo. Estas cifras no son meramente académicas; reflejan un deterioro estructural profundo en el modelo económico chino. Por ejemplo, sectores industriales clave han experimentado una caída en la producción, el desempleo juvenil está en niveles récord, y el consumo interno sigue estancado. Todo esto sugiere que la crisis económica de 2024 no es un fenómeno temporal, sino posiblemente el preludio de una década aún más desafiante para China.
Y aquí está el punto más crítico: 2024, un año que muchos ya perciben como un periodo de “decadencia económica generalizada”, podría terminar siendo el mejor año de los próximos diez para China. Esta perspectiva pesimista subraya que los retos actuales no solo son económicos, sino también profundamente estructurales y políticos. Para el resto del mundo, este escenario ofrece una lección vital: no podemos basar nuestras estrategias económicas o políticas en datos superficiales. Es crucial analizar con herramientas independientes, como los datos de satélites, para comprender las realidades económicas y sociales de países con sistemas autoritarios.
En conclusión, la próxima vez que veas titulares sobre el crecimiento económico de cualquier país, especialmente uno con regímenes autoritarios como China, haz una pausa. Pregúntate qué están tratando de ocultar detrás de esos números brillantes. Lo que descubrimos al mirar más allá de las cifras es un recordatorio de que los datos son tan confiables como los sistemas que los producen. La verdadera comprensión del mundo requiere no solo información, sino también la voluntad de cuestionar esa información y buscar la verdad más allá de las narrativas oficiales.
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Calle George 22
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