22 George Street

Por qué el plan de estímulo de China en 2024 no funcionará?

22 George Street Season 3 Episode 5

En este episodio, analizamos el reciente plan de estímulo económico de China para 2024 y por qué podría no ser la solución que muchos esperan. A medida que el gobierno chino se muestra optimista ante un posible repunte en los mercados de acciones y bienes raíces, exploramos las razones detrás de la creciente preocupación sobre la efectividad de estas medidas. Con un sector financiero sobredimensionado que ha alcanzado niveles alarmantes de deuda, examinamos cómo la historia y las teorías financieras sugieren que la sobreabundancia de crédito puede hacer más daño que bien. Únete a nosotros mientras desglosamos estos temas y brindamos una perspectiva crítica sobre el futuro económico de China. ¡No te lo pierdas!

¡Bienvenidos de nuevo a 22 George Street! Soy tu anfitrión, George. Hoy vamos a hablar sobre el sustancial plan de estímulo que China ha anunciado recientemente, con el objetivo de revitalizar su economía. El gobierno chino espera con entusiasmo un repunte no solo en la economía, sino también en los mercados de acciones y bienes raíces.

Con esto en mente, muchos inversores ya están regresando a estos mercados, con la esperanza de capitalizar lo que creen será un aumento en la actividad económica. Pero, ¿qué significa realmente esto? ¿Qué tan efectivo será este estímulo en la práctica? En el podcast de hoy, vamos a desglosar la posible efectividad del plan de estímulo de China a través de la lente de teorías financieras establecidas.

Entre 2001 y 2012, China experimentó un crecimiento económico notable, impulsado en gran medida por la expansión de su sector financiero. Sin embargo, la situación en 2024 es muy diferente. Las teorías financieras sugieren que, aunque cierto nivel de financiamiento promueve el crecimiento, al superar un umbral--específicamente alrededor del 100% del PIB--el efecto puede volverse negativo. Según el Banco Mundial, el crédito interno al sector privado alcanzó un asombroso 185% del PIB en 2022, y en marzo de 2024, había aumentado a 200.56%. Un sector financiero sobredimensionado como este puede convertirse en un obstáculo en lugar de una ayuda para la economía, aumentando el riesgo de una crisis. En esencia, demasiado financiamiento puede conducir a ineficiencias, reducir la productividad y potencialmente obstaculizar el progreso económico.

El plan de estímulo anterior de 2008 también tuvo un impacto negativo a largo plazo. Durante ese período, las empresas estatales recibieron más crédito del que realmente necesitaban, lo que distorsionó el camino hacia una asignación más eficiente del capital. Este fenómeno se alinea con lo que el economista János Kornai llama la "restricción presupuestaria suave". Este concepto ilustra cómo las empresas estatales, que a menudo no son responsables de su desempeño financiero, pueden convertirse en "empresas zombis" que persisten sin contribuir de manera efectiva a la economía. Desafortunadamente, este problema podría empeorar a medida que China implemente las nuevas medidas de estímulo en 2024.

Además, las teorías financieras indican que el financiamiento puede promover significativamente el crecimiento económico, pero solo para las empresas que tienen oportunidades reales de crecimiento. El desarrollo financiero ayuda a reducir los costos de financiamiento externo para las empresas, especialmente en industrias que dependen en gran medida del capital externo para crecer e innovar. Sin embargo, para China, hay dos barreras principales que actualmente ahogan las oportunidades de inversión e innovación: primero, la creciente cultura de xenofobia y nacionalismo, que crea un entorno no inclusivo para las empresas; y segundo, el aumento de la intervención gubernamental junto con una débil protección de los derechos de propiedad privada. Este ambiente limita significativamente las oportunidades de inversión viables. Incluso antes del último plan de estímulo, los bancos ya enfrentaban dificultades para encontrar prestatarios, y el número de nuevas empresas se desplomó de 51,302 en 2018 a solo 1,202 en 2023.

Sin demanda del sector privado, la mayor parte de los fondos probablemente se desviará a las empresas estatales, al igual que ocurrió en 2008, lo que llevará a una mayor mala asignación de recursos y a ineficiencias. La perspectiva a largo plazo para el mercado de valores está vinculada a los flujos de caja futuros descontados, lo que significa que inflar los precios actuales sin un valor real solo resultará en menores retornos futuros. En un mercado eficiente, si los inversores anticipan una caída de precios cuando se divulguen los próximos informes financieros, esa caída es probable que ocurra antes.

En conclusión, aunque las nuevas medidas de estímulo pueden parecer una respuesta proactiva a los desafíos económicos de China, es posible que no proporcionen las soluciones esperadas. Los problemas de China provienen de una cultura no inclusiva y de debilidades institucionales que no se pueden resolver únicamente con políticas monetarias. Por lo tanto, es fundamental mantener expectativas realistas sobre el impacto potencial de este plan de estímulo en la economía china.

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